Establecer expectativas
Es muy importante entender lo que los audífonos pueden y no pueden hacer. Pueden compensar la pérdida auditiva en el rango de frecuencias. Esto lo consiguen haciendo más fuertes los sonidos suaves, haciendo más cómodos los sonidos medios y garantizando que los sonidos más intensos no sean demasiado intensos. Los audífonos no pueden hacer que la audición sea normal. Solo pueden hacer que los sonidos sean lo suficientemente intensos como para resultar útiles para el cerebro.
Ayude a mejorar el habla
En los días y meses por venir, su familia tomará decisiones sobre cómo ayudar a su hijo a expresar sus necesidades e interactuar con el mundo. Será importante aprender diversas formas de comunicarse con el bebé. Los especialistas de intervención precoz o los terapeutas del habla y el lenguaje pueden ayudarle en este proceso. Pueden ayudarle a saber cómo enseñarle las destrezas comunicativas a su hijo de la mejor forma para su familia.
Anime a su hijo
Los niños muy pequeños pasan muchas horas al día dormidos y no pueden llevar audífonos durante estos períodos. Sin embargo, a medida que el bebé crece, también lo hace la cantidad de tiempo que pasa despierto y durante el cual el uso de audífonos es crucial. La reacción natural inicial de sorpresa es bastante comprensible y va acompañada del deseo de quitárselos, pero si los audífonos están bien configurados con el volumen y la intensidad adecuados, la mayoría de los bebés no se los quieren quitar.
Acostumbrarse a los audífonos
Cada día supone una nueva constelación de sonidos y voces diferentes para su bebé. En el hogar, los audífonos le permitirán que su bebé oiga lo que está pasando en su entorno relativamente tranquilo. Si pasa tiempo con su bebé en estas circunstancias, es importante reducir el ruido del ambiente que suponga una distracción tanto como sea posible, por ejemplo, apagando la tele y la radio, y manteniéndose cerca del bebé mientras habla.